julio 13, 2009

Agua.

Este semana mi estancia estuvo rodeada de agua si es curioso como uno no percibe estos pequeños actos que son tan sutiles que se vuelven invisibles y que mejor lugar para experimentar eso que el sureste mexicano, estuve rolando por Chíapas y Oaxaca me toco ver lo imponente del Cañon del Sumidero que se vuelve algo contrastante con la urbanidad que lo rodea, la lluvia estuvo presente en varios de los días que permaneci por aquellas tierras el calor hace que la lluvia se comporte como complice no molesta conforta.

La lluvia en ocasiones se tornaba violenta como enfurecida por alguna razón tan es así que dibujaba su furia en el cielo con rayos que despertaban el instinto primitivo de protegerse ah! una belleza.

Me toco mirar el mar de Oaxaca que despertaba después de una tormenta, el romper de las olas me hacia querer tocar esa arena vidriosa que veía desde un barranco, la distancia no impedía escuchar ese sonido que no puedo describir pero que el mar emite, todo eso me hace pensar que tengo la urgencia, la necesidad de detener mi camino, mis planes, mi vida tomar un respiro para saber que el mar siempre estará ahí donde lo deje al bajar del carro. Es por ello que tengo que aprender a respetar esos minutos de silencio que me regalan estos viajes...


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