octubre 14, 2009

Edad de 20 a 45 años.


Hace unos días leía con asombro el acto de discriminación del cual fue objeto la querida Congelada de Uva, a raíz de su invitación al 798 Art District de Beijing un encuentro de artistas del perfomance. Bien sabido es que los actos de la congelada son transgresores, no para cualquier público. Pero la razón por la cual sufrió esta situación no fue por mostrar su vagina ante el público o introducir algún objeto por su ano, el problema radica en la edad.

"México excluye a performers mayores de 50 años" Esto es lo que se lee en algunas notas regadas por ahí. Me pega mucho esta idea de segregación por una idea de espacio como lo es la edad. Hay quienes dicen que los 40 son la edad de plenitud, la edad de madures de sosiego. Pero la realidad es otra. En las paginas de empleos claramente se marca la edad del prospecto, si bien te va alcanza los 45 años de edad. Trabajos "simples" que no requieren esfuerzo físico o mental son los que se ofrecen para el mayor de 40 años. Si eres mujer la cosa se pone mas gris.

¿Qué es la experiencia?

¿Es un señor que te guarda tus compras en el supermercado por una propina de 2 pesos? ¿Es la señora que trapea el piso del metro? o ¿Es el señor que vende boletos de lotería afuera de una panadería? No lo sé, con los años se que se obtiene la experiencia. Las vivencias jamás se enseñaran en un salón. Las manos se comienzan a marcar, los ojos se vuelven serenos. El cabellos se tiñe se colores claros.

No logro saber que es la experiencia, quizás en algunos años cuando vea el periódico y lea que ya no me requieren por mi edad seguramente entenderé lo que es la experiencia.

CARTA DE LA CONGELADA

México, D. F. a 4 de octubre de 2009

Para:
SR EMBAJADOR JORGE EUGENIO GUAJARDO GONZÁLEZ
Embajador de México en China
De:
ROCÍO BOLIVER
Artista Visual mexicana


Señor Embajador, con su permiso le hago llegar este comentario que juzgo de suma importancia para la buena voluntad entre mexicanos en particular, y seres humanos en general.
Del 2 al 25 de septiembre del presente año, tuve la oportunidad de estar en La República Popular China, invitada a participar en el 10th Open Festival de performance, que se llevo a cabo en el 798 Art District de Beijing.

Me resulta necesario hacer conciencia de los daños que provocan actitudes de segregación que como mexicana viví durante mi estancia en China.
Con el fin de darle difusión al quehacer artístico mexicano, se designó a una enviada especial en relaciones públicas para cubrir la participación de los artistas mexicanos en dicho Evento.
Esta persona se manifestó muy interesada en difundir mi participación, por mi trayectoria en el medio artístico nacional e internacional. Me solicitó material fotográfico, videográfico y entrevistas; todo ello cancelado debido a la indicación ex profesa del Curador de México en Beijing, de no darle cobertura alguna a mi trabajo.

Comprendo la lógica preocupación de los organizadores, debido a la censura que en estas temáticas hay en China, por lo que presenté una pieza respetando las explícitas indicaciones del Director del Festival.
Resulta comprensible que mi propuesta no se difundiera en los medios de comunicación chinos, pero no así la censura que se me impuso con la prensa mexicana quien por años ha seguido mi carrera.
Tratando de dar respuesta al porqué se me negó el espacio en los medios de información mexicanos pensé en un principio que podría deberse a que fui invitada por curadores extranjeros, pero recapacité en que esta circunstancia no invalidaba mi condición de mexicana y participante del Evento en representación de mi país.
He de mencionar que la noche del 15 de septiembre, el Curador de México, residente en Beijing desde hace varios años, convocó a un grupo de mexicanos para celebrar el Grito de Independencia en la Embajada y argumentando que usted los recibiría y debían mantener un estricto protocolo me manifestó que no sería conveniente mi presencia en el festejo.
Durante la celebración, una colaboradora de usted en la Embajada preguntó por qué no había asistido a la celebración y se le dijo que una servidora no había querido ir.
Independientemente de yo podría haber asistido por el simple hecho de compartir un festejo tan importante para todos nosotros, la actitud de segregación me dejo pasmada y bloqueó mi deseo de participar de un evento que lejos de dividirnos debiera unirnos como coterráneos.

¿Cómo exigir respeto e igualdad fuera de nuestro territorio Nacional, si somos nosotros mismos los que aplicamos una política excluyente entre quienes pertenecemos a una misma Nación?
¿Cómo podemos exigir un trato digno en otros países si fuera del nuestro se realizan prácticas explícitas de discriminación hacia los propios conciudadanos?
¿Dónde podremos encontrar fraternidad, si más allá de nuestras fronteras se aprueba el aislacionismo por conveniencias meramente personales anteponiendo las de grupos de compatriotas?

Regreso a México dolida y con rabia por no haber sabido contrarrestar los efectos paralizantes de la exclusión que al más plantado lo ponen en desventaja.
Sin embargo, mi derecho a levantar la voz ante la injusticia y ser escuchada por quienes nos representan, me hace escribir estas palabras con la intención de no dejar pasar por alto tales aberraciones y con la esperanza de que sirvan para que en el futuro no se repitan y si se repiten que sean señaladas sin temor para resarcirlas.

Nacimos por fortuna en un país democrático y no deseamos que la exclusión imposibilite el goce de los derechos sociales, ni nos entregue una imagen desvalorizada de nosotros mismos como relegados y estigmatizados. El concepto de exclusión social sólo trata de impedir el derecho de participar en los aspectos valiosos de la vida colectiva y es por ello que apelo a su sabiduría para valorar el caso.

Lejos de este sentir, agradezco infinitamente el aprecio manifiesto y sincero que los ciudadanos chinos me expresaron durante mi estancia por esas tierras.

Agradezco también y de manera muy especial la deferencia que de la Embajada que usted preside hicieron al recordarme y al mostrar interés de saludarme personalmente.
Gracias por el tiempo dedicado a esta reflexión y reciba un saludo y un reconocimiento por su labor de hermanamiento, al promover los intercambios culturales que constituyen un efectivo medio del diálogo de almas, de la comunicación de sentimientos y amistad.

Atentamente
Rocío Bolíver, La Congelada de Uva


Cp., Guillermo Manuel Rafael Pulido González, Agregado Cultural

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